Todos somos semilla
Reflexión dominguera sobre lo que sembramos en otras personas y lo que podemos llegar a lograr a partir de una pregunta
Ando nostálgica, pero agradecida.
Desperté recordando que hace dos años, un día como hoy, el 22 de septiembre de 2022, me senté en la butaca de mi cuarto con libreta y lápiz en mano y empecé a escribir las primeras líneas de mi próximo libro.
Wow…¡cuántas emociones! Todavía siento ese mariposeo rico en el estómago cuando me transporto a aquel momento viendo la foto. Llevaba mucho tiempo queriendo dar ese paso, pero no lo hacía. Le di vueltas y vueltas, hasta que coincidí con una mujer grandiosa que llegó a mi vida y lo cambió todo con una pregunta: ¿Qué consejo le darías a Angélica hoy?
Mi respuesta: “Comienza y fluye”.
Lo que surgió después de esa respuesta, y las experiencias que me han traído hasta aquí, son parte de lo que comparto en el libro que estoy preparando para publicar. En esas páginas reseño cinco años de mi vida, o un poco más, con la intención de sembrar semillas de curiosidad, amor, conciencia, disposición y valentía en otros corazones.
Escribir esta memoria autobiográfica ha sido un camino intenso lleno de regueros emocionales, sorpresas, sentimientos y muchos retos que no caben aquí. Hoy, dos años después de haber tomado la decisión de escribir esa historia para exponerla al mundo, siento gratitud hacia el proceso y todo lo que me ha permitido vivir.
Aunque no tengo control sobre los resultados que traerá dar ese paso, tengo la certeza de que transformará muchas otras vidas, así como ya lo ha estado haciendo con la mía desde el momento en que decidí “comenzar y fluir”.
Hace varios días recibí el e-mail de mi editora con sus revisiones para el texto, y un mensaje lleno de luz que decía:
Como te mencioné en nuestra reunión, disfruté demasiado leerte y eso es completamente cónsono con repetirte que “me has jodido la vida…para bien”. Quiero agradecerte desde lo más profundo de mi Ser porque, al empujarme fuera de mi zona cómoda, he podido sentir niveles de esperanza y realización que sé que no hubiera podido sentir de otra manera. Si ya te había dicho que tu manuscrito es UN GRAN MANUSCRITO, ¡ahora podemos celebrar que vamos teniendo tremendo DIAMANTE! ¡Estás al otro lado y vas con mucha fuerza!
Gracias, querida Keila. Valoro tu acompañamiento y sostén, no solo como mi editora en el proceso de este proyecto, sino como la mujer consciente y grandiosa que eres.
Curiosamente, Keila también ha sembrado en mí semillas de curiosidad que me están “empujando” fuera de mi zona cómoda, y eso me conecta con la reflexión que te quiero compartir hoy.
Todos somos semilla en la vida de alguien
Aunque no siempre lo podamos ver, saber o percibir, cada uno de nosotros está sembrando una semilla en la vida de alguien más. A veces lo hacemos a través de una conversación (con preguntas, frases o consejos), otras veces surge con algún gesto de ayuda que ofrecemos y estoy segura que, sin darnos cuenta, también lo estamos haciendo con las decisiones que tomamos cada día por nosotros mismos.
Lo más bonito y gratificante de esto, es que mientras unos vamos sembrando, otros van cosechando los frutos de esas semillas, y así se siguen expandiendo las posibilidades para todos.
En marzo de este año empecé a hacer las Mindful Mornings que son encuentros mañaneros de mujeres y hombres, en los que comparto ejercicios de reflexión, mindfulness y otras dinámicas grupales para acompañarnos, aprender, cultivar nuestro bienestar y crecer en comunidad.
Esta idea surgió en Jacksonville, Florida, de una conversación que tuve con mi mejor amiga y, desde entonces, lo que hemos logrado en ese espacio de pausa cada mes, ha sido bien nutritivo para todos, empezando por mí.
Esta semana me llevé la sorpresa de saber que gracias a las conversaciones y dinámicas que tenemos en esos encuentros, uno de mis amigos se inspiró a crear el primer prototipo de un proyecto de accesorios con telas reusadas.
“Tú fuiste la semilla que nos trajo a las Mindful Mornings, y Emmanuel fue la semilla para yo crear esto”.
¡Emma y Charles, gracias por sus aportaciones!


No es casualidad que la vida me llevara a esta reflexión hoy, cuando se cumplen dos años desde que aquella mujer grandiosa me hizo la pregunta que inspiró las primeras líneas del manuscrito de mi próximo libro.
¡Cuánto poder hay en las preguntas!
Aquí te dejo algunas para tu reflexión:
Si hoy pudieras comenzar algo que quieres hacer desde hace mucho tiempo, ¿qué sería? ¿Qué consejo te darías para hacerlo?
¿Qué semillas quieres sembrar y cultivar en ti a partir de hoy?
¿Qué persona(s) ha(n) sido una semilla en tu vida? (Escríbele y dale las gracias)
¿Qué frutos puedes celebrar (cosechar) hoy de esas semillas que han sembrado en ti?
Gracias por leerme. Si algo de aquí resonó contigo, me encantará saberlo.
Los demás siempre recordarán de nosotros como les hacemos sentir 🫀✨
Me encanta la idea de que todos podemos plantar semillas en la vida de las personas que nos rodean y también las preguntas que compartes! A segir sembrando… y disfrutando las cosechas! 🙌🏻✨